Las pilas usadas por todos los juguetes, relojes y celulares, comentó, cuando cumplen con las regulaciones mexicanas, con la Norma Oficial Mexicana (NOM), son fabricadas en México o importadas legalmente y por esto se verifica su calidad tecnológica, son realmente fáciles de disponer una vez que ya no tienen carga, claro que lo mejor es usar recargables y con bajo impacto ambiental, puesto que deben manejarse como residuos de manejo especial.

Entre el 40 y 60% del mercado es informal, afirmó José Carmelo Zavala, con pilas que entran al país sin cumplir con ninguna regulación de calidad, que son de tecnología obsoleta y usan con frecuencia mercurio, plomo, metales pesados, lo cual es muy peligroso para la salud y el medio ambiente y que, en el mejor de los casos, terminan en el relleno sanitario; tan solo en Tijuana son parte de las 20 toneladas diarias de residuos peligrosos que ingresan mezclados con residuos sólidos urbanos.

El también director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA) detalló que en Baja California, según estimaciones anuales, esto significaría -en números muy gruesos- una generación de entre seis y ocho millones de pilas doble AA y D, mismas que representan el 80% de las pilas que se usan y que en peso pueden representar entre 500 y 600 toneladas. "Visto en este universo, el esfuerzo que hace el Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Protección al Ambiente, que dirige Carlos Graizbord, es realmente modesto, aunque no deja de ser importante, con el apoyo sin costo de empresas como SEPA, que dirige Sergio Pérez en Mexicali, y BIOSEA, de Jessica Castañeda, que desde Tijuana recolecta la costa de Baja California y en cinco años se han acopiado casi 50 toneladas de pilas", consideró.

Necesitamos, enfatizó, un programa de "Ponte las Pilas" pero recargado, que pueda convocar a más actores en una alianza para que el microacopio que hoy se hace en algunas escuelas, tiendas Oxxo, estaciones Gasmart y oficinas de Gobierno logre convocar a un mayor número de sitios, y desde luego a todos los usuarios a llevar nuestras baterías descargadas y con los polos cubiertos con cinta adhesiva.

Falta también, finalizó José Carmelo Zavala, un mayor y más amplio reconocimiento a quienes ya colaboran sin cobrar desde hace años en este programa, gracias a empresas y empresarios como Sergio Pérez y Jessica Castañeda por su compromiso ambiental y social, no de discurso sino de hechos.