La jueza le imputa un delito contra el medio ambiente en concurso con tres homicidios por imprudencia. Los mismos delitos que se imputan también al dueño de una chaterrería de Dos Hermanas por el caso de la muerte de tres miembros de una familia de Alcalá que fallecieron intoxicados por el plaguicida impregnado en tapones que almacenaban en su domicilio.

Pedro G.C., empleado de la chatarrería, sí ha declarado hoy ante el juez y ha quedado libre tras comparecer durante más de dos horas ante la juez de instrucción 2 de Alcalá de Guadaíra (Sevilla).

La declaración de este imputado ha terminado pasadas las 14 horas de hoy y a continuación han comparecido los representantes legales de la empresa de gestión de residuos y de la chatarrería, imputados como responsables civiles subsidiarios.

Todos ellos han sido imputados de presuntos delitos de homicidio por imprudencia y contra el medio ambiente por no reciclar de manera adecuada unos botes de plaguicida que en diciembre pasado causaron la muerte a tres miembros de la familia Caño Bautista, que almacenaban los tapones de los envases en la bañera de su domicilio.

La empresa de gestión de residuos, Alansu S.L., en lugar de destruir y eliminar los botes de plaguicida, como era su obligación porque para ello recibía una subvención, se los vendía supuestamente a la chatarrería Reciclados Nivel que, según la investigación, facilitaba los tapones al padre de la familia fallecida.

Este hombre almacenaba en la bañera de su casa miles de tapones impregnados de fosfuro de aluminio, una sustancia que en contacto con la humedad se transforma en un gas muy tóxico, que fue el responsable de la muerte de los tres miembros de la familia.