El manipulado de residuos peligrosos, 'punto negro' de los talleres de coches
Una pequeña parte de los talleres de reparación de automóviles que trabajan legalmente en la provincia de Granada no cumplen con el tratamiento que requieren los residuos peligrosos que manipulan o retiran de los coches. Es decir, de líquidos como el aceite del motor, el de refrigeración o el de frenos; o piezas muy contaminantes, cuyo mejor ejemplo son las baterías. Un problema que lejos de ir a menos aumenta con el paso de los años, a tenor de los resultados de las campañas de inspección que se reparten la Policía Autonómica y el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Estos talleres incumplen, con ello, la Ley 7/2007 de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental y toda la panoplia de normas complementarias a la misma que se han aprobado con el paso del tiempo.
¿Qué hacen los mecánicos con tales residuos? Pues en base a lo que han detectado ambos cuerpos policiales, todo tipo de barrabasadas. Como mezclar los mismos para después arrojarlos por las tuberías de desagüe o incluso depositarlos en contenedores de basura, en el caso de baterías o neumáticos. Por fortuna para todos, estas prácticas ilegales están limitadas a un número muy reducido de talleres dado que la mayor parte de los existentes cumplen escrupulosamente la normativa.
Pero si peligrosas son estas prácticas de los talleres mecánicos, mucho peores son las de los que se dedican a chapa y pintura. Estos últimos para su trabajo manipulan productos aún más tóxicos que los anteriores y que requieren de un tratamiento mucho más riguroso, incluso para que los propios empleados de los mismos no se vean afectados en su salud. Pues bien, también algunos de los que se dedican a estos menesteres tampoco cumplen lo legislado y al igual que los de mecánica se desprenden de residuos peligrosos y de envases que los contienen de forma ilegal.
Acción policial
El Seprona de la Guardia Civil llevó a cabo a lo largo del pasado año un gran número de inspecciones por toda la red provincial de talleres. Esta actividad dio como resultado que se computaran 170 infracciones, principalmente contra el medio ambiente. Y por lo que llevamos de año, a buen seguro 2014 terminará con un número muy superior.
«Lo cierto es que nos encontramos con todo tipo de faltas, que no tendrían lugar si estos talleres tuvieran encomendada la gestión de estos residuos a empresas especializadas que son las que se encargan de su tratamiento», explica Manuel Quirós, responsable provincial del Seprona y portavoz del mismo.
Tan solo un número reducido del millar largo de talleres incumple la normativaLos mecánicos vivieron sus años 'dorados' antes de la crisis, con un 30% más de trabajo.
De la experiencia de este cuerpo de la Guardia Civil, Quirós resalta una cuestión: los establecimientos sancionados no suelen volver a cometer estas infracciones, sino que muy por el contrario ponen en orden su actividad y encomiendan la recogida y el tratamiento de estos residuos a quien de verdad tiene capacidad para su eliminación, aprovechamiento o almacenaje. «Estas empresas tienen que hacer sus propias declaraciones y también están sometidas a inspecciones, aunque estén en otras zonas del territorio nacional», agrega Quirós.
Desde la Policía Autonómica la versión sobre este problema es muy similar. Fuentes de este departamento hicieron público recientemente que durante el pasado año se quintuplicaron las denuncias por infracciones de todo tipo en los talleres de automóviles. En una pequeña parte del gran número de establecimientos de este tipo con que cuenta la provincia granadina.
Pues bien, a la hora de relatar las infracciones más frecuentes, los responsables de este cuerpo policial en Granada señalan entre las mismas las relacionadas con el medio ambiente. Es decir, el tratamiento inadecuado de residuos tóxicos que se generan en la reparación de cualquier vehículo a motor, como los antes mencionados. En este apartado, los agentes policiales han detectado también -junto a los supuestos antes relatados por parte de la Guardia Civil- la mezcla de distintos fluidos peligrosos, así como la mezcla de estos con otros líquidos que no lo son. También la entrega, venta o cesión de tales residuos contaminantes a gestores que no están autorizados para su tratamiento.
Más supuestos
Policías y guardias civiles no se han topado tan solo con las malas prácticas de algunos mecánicos y chapistas en cuestiones medioambientales. Las infracciones detectadas abarcan muchos otros problemas, principalmente los que están relacionadas con asuntos administrativos: caso de carencia de las licencias para ejercer la actividad a la que se dedican estos establecimientos; la no inscripción del propietario en el Registro de Pequeño Productor; la ausencia de placa en la puerta del local donde se acredita su especialidad y otras características, así como la inexistencia de los correspondientes permisos de Industria, por citar tan solo los más comunes.
Ya en casos muy puntuales, los agentes han descubierto otras cuestiones menores pero que también tienen su importancia. Como es el uso de manómetros en mal estado para medir el suministro de presión a las ruedas de un vehículo, que han de estar revisados por la empresa encargada, Veiasa, para que no haya ningún problema posterior.
Finalmente, quedan otros asuntos también de índole administrativa que preocupan a quienes dejan su coche en manos del mecánico. Como son la inexistencia de hojas de reclamaciones, de carteles con las tarifas y horario de trabajo o resguardo de depósito del vehículo. También en estas cuestiones hay un flagrante incumplimiento de la normativa.
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