Su portavoz, Beni Castro, afirma que el colectivo dispone de fotografías que así lo demuestran y que mostraron a Calderón, aprovechando que éste les convocó para informarles de los recientes acuerdos alcanzados con Fomento en Madrid para tratar de buscar alternativas a la terminal. El regidor hará lo mismo hoy con los portavoces de los grupos políticos de la Corporación.
 
«Nosotros paseamos mucho por la zona y tenemos imágenes de trenes que permanecen allí a las diez de la noche. No hace falta que nos los diga nadie, lo hemos visto con nuestros propios ojos. Está claro que mienten y que tienen que pedir licencia de actividad», explica Beni Castro. La Corporación de Torrelavega, basándose en la opinión de los vecinos, aprobó en junio instar a la Alcaldía a la inmediata apertura de un expediente administrativo que exija a las entidades públicas o privadas que corresponda, la preceptiva solicitud de licencia para el desarrollo de su actividad en la terminal.
 
«Tiene su mérito»
Lo que sí reconocen los vecinos es la importancia de los acuerdos de Madrid: «Seguimos más o menos igual, pero algo es algo, sobre todo si tenemos en cuenta que llevamos esperando una solución más de 20 años. Que se cree un grupo de trabajo para estudiar el traslado de las mercancías peligrosas a un lugar alejado de núcleos de población tiene su mérito. Ahora lo que hace falta es que se pongan las pilas y no se pierda el tiempo». El colectivo también acogió bien la noticia de que ADIF limpiará y vallará en breve la zona de la estación más próxima al Polígono Industrial Tanos-Viérnoles, que ahora se encuentra en «estado de abandono».
 
La plataforma contra las mercancías peligrosas registró en abril en el Ayuntamiento las 10.000 firmas que recogió para pedir la inmediata clausura de la terminal de ADIF, debido a la «peligrosidad e inseguridad» que existe. La entrega de firmas estuvo acompañada por sendos escritos dirigidos al presidente de Cantabria, Ignacio Diego; el alcalde de Torrelavega, Ildefonso Calderón; y el delegado del Gobierno, Samuel Ruiz, en los que reclamó la «erradicación definitiva» de la terminal por ser «una actividad nociva y peligrosa». 
 
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