La sentencia señala que la administración regional abrió un expediente a esta empresa al observar que se había efectuado un vertido a una balsa de sus instalaciones que contenía residuos inorgánicos con sustancias peligrosas, como nitrocelulosa. El acuerdo, según explica la sentencia, finalizó con una resolución en la que se acordaba la imposición de la multa citada y la obligación de la empresa de «reponer las cosas a su estado anterior a la infracción cometida, en la forma y condiciones que se determinen tras la instrucción del correspondiente expediente».
Los responsables de la empresa sancionada negaron los hechos y señalaron que todo se había reducido a una explosión accidental en la balsa, seguida de un incendio, «por lo que no puede deducirse de ello que se estuvieran eliminando residuos».
La Sala de lo Contencioso, al desestimar el recurso, es concluyente al afirmar que «la razón por la que se encontraban los lodos, que contenían nitrocelulosa, en la balsa y que fueron caracterizados como residuos peligrosos, no fue otra que la de que se produjo un vertido de los mismos a aquélla». Los jueces señalan que se comprobó que en la balsa había dos capas de lodos, «por lo que el vertido no se produjo en unidad de tiempo, sino que se reiteró».
Un trágico suceso
No es la primera vez que las instalaciones de la fábrica de pólvora registran una explosión. La peor deflagración se produjo en septiembre de 2006 y dejó tras de sí un balance mucho más trágico. Tres trabajadores murieron al producirse una fuerte explosión mientras limpiaban una balsa de residuos de pólvora en el interior del recinto. El accidente afectó a cuatro empleados que habían sido subcontratados para efectuar la limpieza de la balsa.