El volumen equivale a un millón 300 mil camiones de volteo con capacidad de 7 metros cúbicos. El Plan de Manejo de Residuos de la Construcción y la Demolición (RCD) de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) revela que sólo tres por ciento de los desechos son aprovechados en reciclaje y uno por ciento en reuso.

El resto, alerta, es depositado en sitios inadecuados como barrancas, predios abandonados y en la vía pública, así como en rellenos sanitarios, lo que ocasiona que se acorte la vida útil de esos lugares. Hasta ahora, la única planta de reciclaje de residuos de la construcción se localiza en el Distrito Federal y es privada (Empresa Concretos Reciclados A.C.)

En tanto, a nivel nacional sólo existen 19 sitios de disposición final autorizados y se localizan en cuatro entidades: Estado de México, con 14; Baja California, con 3; Guanajuato y el Distrito Federal, con uno cada uno. Según el reporte, el 87 por ciento de los materiales que componen los RCD son residuos provenientes del material de excavación, de concreto y prefabricados.

Es decir, bases hidráulicas, concretos hidráulicos, postes de cemento, carpetas asfálticas, arena, adoptaste, piedra, block-tabique, tabicones, adoquines, mamposterías, ladrillos, tubos de albañal, mortero, adoremos y bordillos, entre otros. Otro 12 por ciento corresponde a residuos de materiales como yeso, muro falso, madera, cerámica, plástico, metales, láminas, vidrios, papel y cartón.

Pero hay además residuos peligrosos como aceites, adhesivos, asbesto, barnices, cobre, diésel, gas, gasolina, plomo, resinas sintéticas, pinturas, lacas, soldaduras, petróleo o materiales plásticos. Todos estos desechos generan daños al medio ambiente y a la salud.

Ante ello, afirma el Plan de Manejo, se requiere establecer una regulación diferente a la que se aplica en los RCD. Considerando el comportamiento de la industria para el periodo 2014-2018, el escenario será de una generación de desechos de entre 9.2 y 9.9 de millones de toneladas al año.

La Norma Oficial 161 de la Secretaría de Medio Ambiente, publicada en 2013, establece que quedan sujetos a presentar un plan de manejo todas las obras que generen más de 80 metros cúbicos de residuos de la construcción. Sin embargo, a más de un año de entrar en vigor, la norma es incumplida.