Los BPCs son sustancias valoradas como residuos peligrosos por sus graves consecuencias a la salud y al medio ambiente y se encuentran en los transformadores eléctricos.
 
Además, son considerados compuestos orgánicos persistentes por la Convención de Estocolmo que México ratificó en 2002 y con la cual quedó obligado a destruir en su totalidad estas sustancias.
 
En el marco de los avances del plan "Manejo y Destrucción Ambientalmente Adecuados de BPCs en México", impulsado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Guillermo Román Moguel, coordinador nacional del proyecto, informó que en los últimos 6 años, el País ha destruido 7 mil toneladas de BPCs de un inventario nacional de 37 mil 600 toneladas.
 
El costo de destrucción total de las poco más de 30 mil toneladas pendientes por destruir es de entre 250 y hasta 500 millones de dólares, apuntó.
 
Para garantizar la eliminación total de los BPCs, Román Moguel urgió a fortalecer el Sistema Integrado de Servicios de Gestión, que permite que cualquier poseedor de estas sustancias pueda ingresar a una plataforma informativa y tener acceso a rutas para la recolección y destrucción.
 
"Se tiene que fortalecer el Sistema Integrado de Servicios de Gestión que es una alianza público- privada, en la cual las empresas de servicios participen supervisados por la Semarnat para que se penetre la destrucción en todo el País. Con este sistema de logística se podrían reducir en un 25 por ciento los costos de la destrucción para el País", señaló.
 
De acuerdo con el inventario nacional, agregó, los BPCs están presentes en las 32 entidades federativas, en sectores industriales y de servicios, como ingenios azucareros, pulpa y papel, minero, metal, mecánico y textiles.
 
A lo largo de los últimos 6 años de implementación del proyecto, ciudadanos como Alfonso Ruiz fueron beneficiados para destruir BPCs.
 
"En mi predio encontramos en 2003 casi 40 toneladas de Bifenilos Policlorados en una fosa clandestina enterrada, estaban en lo que parecía ser baterías con desechos y a través del proyecto hemos ido reduciendo esas sustancias. Hoy quedan todavía pendientes por destruir unas 15 toneladas y el predio sigue en remediación", indicó.
 
Marcia de Castro, coordinador de la ONU en México, destacó las áreas de trabajo que tiene el País por delante, entre las que se encuentra ampliar la red para la recolección y destrucción de BPCs reduciendo los costos y dando certidumbre del buen manejo de los residuos.