Tras cinco años de labores, al cierre de mayo rebasó las mil toneladas de medicamentos caducos captados y destruidos, los cuales son considerados como residuos tóxicos por la Ley General para la Prevención y Gestión de Residuos.
 
José Antonio Aedo, director general del Singrem, explicó que a raíz del crecimiento de acopio de fármacos a inicios de año , su organización tuvo que ampliar su capacidad de acopio, por lo que se trasladó a un Centro de Clasificación y Transferencia de mayores dimensiones ubicado en el DF.
 
Durante un recorrido, mostraron el control estadístico de cada uno de los tratamientos recolectados, mismos que se almacenan por un corto tiempo y posteriormente se envían a terceros autorizados para su incineración.
 
Aseguró que mil toneladas o un millón de kilogramos se dice fácil, pero se trata de cinco años de operaciones.
 
Su labor inició en Guanajuato en 2010 y ha evolucionado hasta cubrir a 24 estados de la República con 4 mil 026 contenedores.
 
Aedo adelantó que Singrem realizará importantes inversiones para continuar con su crecimiento y concretar la meta de recolectar más de 500 toneladas en este año e incrementar a 5 mil los contenedores colocados en cadenas de farmacia, tiendas de autoservicio, hospitales y oficinas de gobierno.
 
Por su parte, el ingeniero Rogelio González, director de Operaciones del Singrem detalló que las medicinas que han llegado a su fecha límite de uso son considerados residuos peligrosos sujetos a un manejo especial, por los riesgos que pueden llegar a provocar en la salud de la población e impacto negativo al medio ambiente.
 
"También es conocido por todos que estos desechos llegan a mercados de colonias populares donde se comercializan sin conocimiento de los riesgos negativos que pueden ocasionar", alertó.