La posibilidad de un vertido de petróleo mantuvo en vilo a la sociedad canaria durante los meses previos a la llegada de Repsol y durante las prospecciones de la compañía en aguas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura. Sin embargo, los expertos alertan de que los peligros ya existían antes y continúan ahora porque Canarias carece de un plan de contingencia serio en caso de derrames de mercancías peligrosas desde alguno de los más de cinco mil barcos que pasan por el archipieálago anualmente. Jesús Cisneros, profesor de Contaminación Marítima de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, señala que, a pesar de la polémica sobre las plataformas, no se ha hecho nada para proteger el litoral canario ante un Prestige.

Según Cisneros, la organización internacional ITOPF que vigila el asunto de los vertidos tiene a nuestro archipiélago como punto negro en el mapa mundial con respecto a la protección de la costa ante derrames desde barcos.

En ese plan de contingencia, dice Cisneros, debería contarse con Canarias, Estado y también con Marruecos dada la cercanía de sus aguas.