Sólo el 48% del total de los residuos peligrosos que se producen a nivel nacional, equivalentes a 200 mil toneladas, llegó a instalaciones especializadas para su eliminación en la Región Metropolitana, según cifras del ministerio de Medio Ambiente a 2010. De estos, el 75% se destinó al único relleno de seguridad ubicado en Pudahuel y que abarca entre la tercera y octava región. 
Para masificar el reciclaje, la empresa Ciclo, ligada a la inmobiliaria Donosti y a inversiones San Felipe, entre otros, destinará 
US$ 85 millones a la construcción del Centro Integral de Gestión de Residuos Industriales (Cigri), en Til Til, en el Km 50 de la ruta 5 Norte. El objetivo de esta planta será reciclar y recuperar diversos materiales como polvos de filtros y lavado de gases, -que tienen un alto contenido de metales como cobre o zinc susceptibles de rescatar-, o aceites lubricantes que se pueden transformar en combustibles alternativos. Los desechos no reciclables se depositarán en rellenos de seguridad.

La planta de 40.000 metros cuadrados tendrá una capacidad de procesamiento de 170.000 toneladas anuales, mientras que el relleno de seguridad (de 37 hectáreas) llegará a una capacidad de tres millones de metros cúbicos en sus 30 años de vida útil. Será la segunda instalación que tendrá la zona a nivel industrial.

El proyecto ingresará este viernes al Sistema de Evaluación Ambiental, y esperan iniciar su construcción en 2016 y estar operativos un año después. Damián Tomic, gerente general de Ciclo, explica que primero se levantarán las instalaciones principales y plantas de tratamiento, equivalentes a US$ 25 millones, mientras que el financiamiento restante irá para el relleno de seguridad. “En la Región Metropolitana existe una necesidad urgente de instalar una planta, ya que el único relleno de seguridad que existe está cerca de colmar su capacidad útil. Hay una situación de vulnerabilidad ambiental que puede ser bastante crítica en el corto plazo. Si no se resuelve, los residuos pueden empezar a llegar a sitios no preparados o a vertederos ilegales”, señala el ejecutivo, que prevé una facturación anual de UF 470 mil.

Ganancias de la comunidad


Tomic revela que están trabajando en una propuesta de valor compartido para presentarle a la vecina zona de Rungue. La idea es destinar el 7% de las utilidades, después de impuestos, a esta comunidad y están buscando la fórmula para que les llegue directamente. “Sentimos el deber de ser parte del desarrollo de la comunidad vecina. Quisimos dar un salto más allá de lo que la normativa exije, y que ahora la comunidad tiene que estudiar”, comenta.