Hermosillo, Sonora (DP).- La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aseguró que en caso de reabrir el Cytrar, éste no será usado como basurero tóxico ni recibirá residuos peligrosos y se le dará uso para otra actividad.

En la inauguración de la Expo Forestal con sede en Guadalajara, Jalisco, el titular de la Semarnat, Juan José Guerra Abud negó que la Federación quiera reabrir tres confinamientos tóxicos en San Luis Potosí, Sonora e Hidalgo para residuos peligrosos,

“Esos centros no se van a reabrir para disposición de residuos peligrosos, la intención que se tiene es darles otro uso, es una infraestructura que está ahí que se puede usar para cualquier otra actividad, no para destinarlo para residuos peligrosos”, aclaró el funcionario federal.

Tras el anuncio de la reapertura del basurero tóxico en Sonora conocido como Cytrar, los ambientalistas sonorenses comienzan a alzar la voz contra el proyecto del Gobierno de la República en el marco de una devastación provocada, hace casi tres meses, por la negligencia del Grupo México en el Río Sonora.

Marchas, paros carreteros, toma de oficinas y una larga lista de protestas saltarán a la vista en breve, ante una clara cultura del miedo generada por la incapacidad gubernamental y por una frágil legislación ecológica que permite el saqueo inclemente, la contaminación criminal y el atentado contra toda forma de vida en Sonora.

El Cytrar, construido en 1988 como un confinamiento de residuos industriales de la Planta Ford-Hermosillo y posteriormente, en 1996, como un centro de recepción de materiales tóxicos, fue clausurado “oficialmente” por el Gobierno de la República al finalizar el 2010 al afirmar que la contaminación ambiental desapareció.

A casi 14 años de estar en un proceso de cierre parcial y envío de desechos a otros lugares, el entonces delegado en Sonora de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció que el Confinamiento de Residuos Tóxicos dejará de existir.

Rodolfo Flores Hurtado dijo que de antemano una vez realizado este procedimiento, se empezará con un proyecto de edificación de una oficinas de la dependencia federal, como señal de que no hay riesgo alguno en el ambiente.

En esa oportunidad, expuso que se ha declarado el cierre técnico del Cytrar luego de que se llevó a cabo el proceso de remediación del sitio razón por la cual, está en condiciones ciento por ciento seguras para aprovechar el espacio para algunos proyectos.
Sin riesgo

Dijo que en el citado lugar de 6 hectáreas se pretende edificar instalaciones de la propia Semarnat en el lugar y si el Estado o Municipio así lo desean, se les puede dar el terreno para proyectos que consideren convenientes, acciones que se podrían empezar a realizar una vez que se haga de manera oficial este cierre para antes que termine el presente año.

Flores Hurtado agregó que todos los desechos que ahí se encontraban a cielo abierto fueron removidos para seguridad de la comunidad, mientras que los que ya estaban enterrados, se les hizo un proceso tecnológico de protección, por lo que no representan ningún tipo de riesgo para el medio ambiente ni para el subsuelo.

Señaló que 14 años de trabajo y procedimientos para llevarse de ahí todos los desechos de la Planta Ford y de la Comisión Federal de Electricidad concluyeron, por lo que ya no representan ningún problema ambiental tras estar certificado para su próximo cierre definitivo.

El 7 de diciembre del 88, el basurero tóxico recibió su primera autorización por parte del Instituto Nacional de Ecología, misma que fue otorgada a nombre de “Parques Industriales de Sonora”, con una duración de cinco años y exclusivamente para residuos regionales.

Entre el año de 1996 y 1998, el Cytrar vertió de manera clandestina todo tipo de residuos entre los que destacan metales pesados como plomo, mercurio, manganeso, solventes, medicinas caducas, residuos biológico-infecciosos y hasta baterías de automóviles, desechos que se cree superan actualmente las 300 mil toneladas.
Los tóxicos

La empresa, en 1998 inicia con el traslado de residuos peligrosos, incluso del extranjero, e inicia el funcionamiento ilegal del tiradero de basura tóxica, contando con un permiso de uso de suelo expedido por las autoridades municipales.

Ubicado al Sur de la ciudad en un lugar conocido como “Las Víboras”, el Cytrar era operado del 96 al 98 por el grupo español Técnicas Medio Ambientales (Tecmed); sin embargo, debido a protestas de grupos sociales en cierra sus puertas y el 19 de noviembre, la Semarnat no renueva la licencia de operación del confinamiento.

Por más de 25 años, cientos de familias de las colonias Cuauhtémoc, Adolfo de la Huerta y Altares, han padecido enfermedades atribuidas a las varillas contaminadas de radiación con las que edificaron sus viviendas, entre otras sustancias “sembradas” en el Cytrar consideradas como material peligroso que han dejado decenas de muertes por cáncer. 

Derivado de las investigaciones realizadas por Dossier Político, los efectos dañinos a la salud de quienes habitan y/o habitaron este sector de la Ciudad revelan que la presencia de altos grados de toxicidad radiactiva en sus hogares es, principalmente, la causa de malformaciones físicas y fisiológicas en centenares de recién nacidos, niños y adultos.

Como segunda razón, los vecinos del Sur de Hermosillo consideran que es la gran variedad de desechos químicos que fueron enterrados en el Cytrar, pero que aún, las más de 300 mil toneladas de material tóxico ocultas en el lugar, estarían contaminando el ambiente y la salud humana. 

Los 100 muertos

Durante más de dos décadas, las autoridades de los tres niveles de Gobierno han mantenido total hermetismo en el tema pese a los resultados de los estudios realizados por especialistas del Departamento de Geología de la Universidad de Sonora y diversas empresas internacionales que se han interesado en esta problemática social y que advierten, del permanente peligro de muerte. 

En este tiempo, un centenar de vecinos de las colonias Cuauhtémoc, Adolfo de la Huerta y Valle del Marqués, al menos, ha muerto de cáncer provocado por la presencia de radiación en sus viviendas y unas 150 más, padecerían la enfermedad actualmente, aseguró Evangelina López Romo de Vivar.

La luchadora social, a quien se le detectó cáncer, recordó que desde hace 5 años, “en el primer movimiento que hicimos con relación al tema de la probable contaminación en este sector a través de las varillas en algunas casas, pedimos al Gobierno un monitoreo ambiental al Sur de la ciudad”.

Con documentos en mano, describió la serie de acciones que emprendieron varios vecinos afectados que decidieron acudir a las autoridades para solicitarle que atendieran el grave problema de salud pública que comenzaba a gestarse a causa del material radiactivo.

Explicó que “hicimos una denuncia del problema el primero de noviembre del 2005 y dirigido al Congreso del Estado, porque después de 10 y 15 años estábamos sintiendo los efectos de la contaminación de las varillas como se está dando ahora en la casa de los Altares donde vive la familia Ríos”.

La señora Evangelina lamentó que hasta la fecha, al menos un centenar de vecinos del Sur de Hermosillo ha perdido la vida víctimas de cáncer de hígado, homóplato, estómago, cérvico-uterino, lupus, en la garganta, tumor en la cabeza, desplacía, quistes mamarios, entre otros y que actualmente, unos 150 más estarían enfermos.

“Es lamentable que la gente siga enfermándose y después de tantos años las autoridades aún no hagan nada, necesitamos que volteen al Sur de la Ciudad, que vean que hay un gran problema de salud, requerimos que la Secretaría de Salud invierta en estudios científicos y personal para que atienda la problemática”, apuntó.

Manifestó que durante 5 años de poner el caso en manos de las autoridades del Estado, no han recibido respuesta alguna “porque simplemente no les interesa lo que nos pasa, no les importa la vida de las personas ni la contaminación ambiental”.

Criticó que el Gobierno continúe otorgando permisos para construcción de fraccionamientos hacia el Sur-poniente de Hermosillo, cerca del confinamiento de residuos tóxicos Cytrar, “pero eso tampoco lo ve la gente que compra esas casas aunque entiendo que lo hacen porque son baratas”.