Barcelona. (EFE).- La Fiscalía pide seis años de cárcel para el dueño de una fábrica de jabones de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona), acusado de haber abandonado numerosos residuos tóxicos cuando la empresa cerró que contaminaron gravemente el suelo y los acuíferos de la zona.

En la sección octava de la Audiencia de Barcelona se ha iniciado este miércoles el juicio contra José Manuel C., administrador de la empresa de jabones ya cerrada Massó y Carol S.A., quien además afronta una pena de multa de 19.440 euros y de cuatro años y medio de inhabilitación para cualquier profesión u oficio relacionados con la industria.

El ministerio público acusa de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente al dueño de la fábrica de jabones, que en 2006 vendió las instalaciones de la industria, con una extensión de 16.249 metros cuadrados, dado que trasladaba su actividad productiva al municipio oscense de Barbastro.

A sabiendas de la peligrosidad de los residuos que quedaban en la finca, sostiene la Fiscalía, el acusado dejó en la misma cientos de bidones y otro tipo de envases que, "sin ningún etiquetaje ni identificación, se acumulaban de forma caótica en diversas zonas de almacenaje dentro de las instalaciones de la empresa (...)".

La contaminación
Según el ministerio público, al permanecer a la intemperie y en zonas no pavimentadas, los bidones se fueron deteriorando hasta el punto de que se producían fugas de los productos que contenían, que formaban charcos sobre el suelo.

Las aguas sucias procedentes de esas zonas pavimentadas y no pavimentadas, que incluían las aguas pluviales y los vertidos y fugas de residuos, se acumulaban en el depósito homogeneizador de una estación depuradora de aguas residuales de la propia empresa que, sostiene el ministerio público, no funcionaba.

La Agencia de Residuos de Catalunya abrió un expediente sancionador a la empresa en el año 2007 e inspeccionó las instalaciones, revisión que repitió en 2008 y 2009, sin que el acusado procediera a acondicionar la finca para evitar las fugas de residuos peligrosos, añade el ministerio público.

Las analíticas de las muestras que los técnicos recogieron en la industria abandonada detectaron residuos "fuertemente ácidos que podían ser calificados como corrosivos e irritantes y, consiguientemente, clasificados como peligrosos".

La Fiscalía concluye que la presencia de elementos contaminantes en los suelos de la fábrica "era debida al abandono por parte de los acusados en las antiguas instalaciones de la empresa de cientos de envases en penosas condiciones de conservación, a sabiendas de que contenían sustancias clasificadas como peligrosas para el medio ambiente".

Por su parte, la Agencia Catalana del Agua (ACA) incoó en 2008 otro expediente de descontaminación de acuíferos contra la empresa contaminante, en la que pedía a su dueño que en el plazo de un mes eliminara el foco activo de contaminación.

El acusado desoyó los requerimientos de la Agencia Catalana del Agua, según la fiscal, que refiere en su escrito varios incidentes que entre los años 2007 y 2010 tuvieron lugar debido al "deplorable estado de abandono" en que el acusado mantenía los residuos acumulados.