La N-340 y la intolerable avaricia que propicia los accidentes

Si invirtiéramos tanto egoísmo y los camiones circularan por las autopistas, la mercancía llegaría antes, sería más barata y el reparto de las ganancias sería más equitativo. Y, además, todas las localidades por las que cruzan carreteras como la N-340 podrían tener un volumen de tráfico más razonable del que tienen ahora.

 

Por qué no se obra de esta forma es un misterio similar al el de los puntos negros. No consigo comprender cómo se puede permitir la existencia de zonas que todo el mundo sabe que son peligrosas porque ha habido muchos accidentes. Hay que poner remedio a esta situación ya, lo antes posible. Da igual cómo, si con una mayor presencia de fuerzas de seguridad, más semáforos, más radares anunciados, más bandas en el suelo... Da igual, pero urge. No se puede ni se debe consentir la pérdida de vidas humanas y de animales.

 

Soy un ingenuo. ¿Cómo he podido pensar tan solo por un momento que el dinero dejará de importar a los que deciden? Nosotros somos clientes y les entregamos todo nuestro dinero conseguido trabajando duro mediante los impuestos. Para los que deciden tan solo somos estadísticas frías e impersonales. No importa que un porcentaje muera, al contrario, gracias a esto pueden sacar más provecho. Pronto nos olvidaremos de estos últimos muertos en la provincia de Tarragona en un punto negro del mapa.