Cantidades de basura electrónica generadas al año

 
Lo cierto es que la ONU tiene razón al querer transmitir su preocupación a todos los países incluyendo gobiernos, ciudadanos, empresas, etc., y es que las cantidades de basura electrónica que se genera cada año no sólo son excesivas sino que además van aumentando año tras año.
 
Por ejemplo, en el año 2014 se estima que se produjo alrededor de 41 millones de toneladas de basura electrónica, una cifra excesivamente alta pero que además no tiene la intención de bajar próximamente.
 
De hecho, para el año 2017 se calcula que la basura electrónica genere más de 50 millones de toneladas de residuos anuales.
 

Y, ¿dónde vamos a meter todos estos desperdicios?

 
Evidentemente, la basura electrónica no es un problema en sí por el hecho de ser generada, sino que el problema llega porque en algún sitio hay que colocarla. En este sentido, lo mejor que podemos hacer es optar por el reciclaje, gracias a lo cual no sólo reutilizamos elementos que pueden tener una segunda y posteriores vidas, sino que además evitamos que todo esto quede abandonado y por supuesto también impediremos que genere contaminación.
 
En este sentido, los países desarrollados llevan a cabo políticas de reciclaje que generalmente cuentan con un buen funcionamiento dentro de lo que cabe, y es que no olvidemos que este concepto de basura electrónica en realidad es bastante nuevo, ya que apenas hace unos años no se generaban cantidades tan desorbitadas.
 
Sin embargo, al igual que unas partes se encargan de llevar a cabo procesos que eviten la contaminación, también siempre siguen existiendo las mafias que son las que quieren sacar un rédito económico por encima de cualquier tipo de circunstancia.
 

La exportación de residuos peligrosos

 
Dentro de la Unión Europea la exportación de residuos peligrosos está terminantemente prohibida. No obstante, cada año miles y miles de toneladas salen de nuestras fronteras con destinos dispares generalmente centrados en países subdesarrollados.
 
Según la ONU, esta circunstancia es tan alarmante que considera que incluso el 90% del mercado de residuos se lleva a cabo mediante procedimientos ilegales, lo cual es un riesgo muy serio ya que supone un gran impacto no sólo en la naturaleza sino también en la economía de los propios países.
 
La forma de sacar todos estos componentes es a modo de artículos de segunda mano, mientras que finalmente acaban en contenedores y basureros donde mucha gente se juega la vida y la salud para apenas obtener unos céntimos que ni tan siquiera les sirven para poder vivir.