Según explican al DIARIO desde las gerencias de ambos hospitales, la tipificación y clasificación de los residuos viene dictaminada por la aplicación de la actual normativa vigente, que en este caso está contenida en el Decreto 104/2002, de 26 de julio, de Ordenación de la Gestión de Residuos Sanitarios; la orden MAM/304/2002, de 8 de febrero, y también, en el caso de los productos químicos, por la de etiquetado y filiación de datos de seguridad del producto.
 
En líneas generales, los residuos en un centro hospitalario se puedan clasificar en peligrosos y no peligrosos, reciclables o no -que a su vez se subdividen en diferentes categorías y tipos-, los que se generan por la actividad directa de atención al paciente y aquellos de gestión administrativa, así como los de soporte y mantenimiento de las instalaciones. Por ejemplo, en los dos hospitales tinerfeños se pueden encontrar residuos diversos, como aceites, papel, cartón, residuos de tinta y tóner, películas de rayos X, envases con restos de sustancias peligrosas, mobiliario, soluciones de revelado, biorriesgo, productos químicos, residuos citotóxicos y citostáticos, medicamentos, equipos electrónicos, pilas, aceites minerales, pintura, barnices, etc.
 
Todos ellos son recogidos siguiendo instrucciones específicas, y almacenados en secciones concretas para garantizar su adecuada valorización o eliminación. En este sentido, el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC) dispone de un Plan de Gestión Intracentro de Residuos, que tiene como objetivo establecer las normas que regulan la gestión de los residuos generados en la actividad sanitaria, así como en la de apoyo a la misma en todo el complejo hospitalario y centros dependientes.
 
Merced a este plan, y junto a una serie de medidas implementadas para mejorar la recogida selectiva y la digitalización de procesos en todos los centros dependientes del HUNSC, se ha conseguido desarrollar un mejor desempeño ambiental en los últimos cinco años. Así, por ejemplo, se ha incrementado la recogida selectiva de papel y cartón en el 136%, de forma que el año pasado se llegaron a recoger más de 35.000 y 13.000 kilos, respectivamente.
Los residuos peligrosos son manipulados con precaución y tratados por empresas especializadas. | DA

Hornos crematorios

El Hospital Universitario de Canarias, por su parte, fue el primer centro hospitalario público del Archipiélago que trasladó fuera de sus instalaciones la eliminación de los residuos biosanitarios, que antes se realizaba en hornos crematorios intrahospitalarios, tal y como posteriormente obligaría la normativa vigente, en beneficio del medio ambiente y de la seguridad. Para ello, cuenta con una empresa autorizada, que se hace cargo de los residuos especiales o los potencialmente peligrosos. Al igual que La Candelaria, el HUC cuenta con un Plan de Gestión Interno de Residuos Sanitarios, en el que se encuentran identificados los tipos de restos y los distintos lugares de generación de los mismos.
 
Dicho plan establece el sistema de recogida, etiquetado y tratamiento de los mismos, y contempla los circuitos de traslado, almacenamiento y actuaciones a llevar a cabo ante cualquier tipo de incidente indicado como “riesgo laboral”. Desde el HUC destacan que “todo el personal del hospital participa en la segregación de residuos, tanto urbanos (papel, cartón o ropa) como los especiales”. “Dentro de los residuos urbanos se ha dado un tratamiento especial a los residuos de papel que contienen datos personales, garantizando la confidencialidad hasta su destrucción final, cumpliendo en todo momento con la Ley Orgánica de Protección de Datos”, subrayan las mismas fuentes, quienes exponen que, por ejemplo, la reducción en kilos de residuos especiales fue del 19,7% en 2014 respecto al año anterior.
 
En La Candelaria, mientras tanto, en los últimos cinco años, con la implantación de la imagen digital, se redujeron en el 83% los residuos de placas de rayos X y en el 90% los de las soluciones de revelado. “La implantación de la consulta de la Historia Clínica Electrónica ha supuesto un gran impulso en estas medidas de mejora, y la disminución de los residuos de placas radiológicas y de las soluciones fijadoras y reveladoras evidencian la ventaja ambiental de la digitalización de los procesos en un centro sanitario”, denotan desde la Gerencia.
 
El HUC, por ende, cuenta con un Plan de Formación Continuada en la segregación y tratamiento de los residuos, dirigido a todos los profesionales del centro hospitalario, además de tener fácil acceso al propio plan de gestión interno a través de la intranet. Por si esto fuera poco, una comisión de seguimiento constituida por representantes de la Dirección de Gestión, de Enfermería, de los servicios de Prevención de Riesgos Laborales, Medicina Preventiva, Seguridad y Hostelería se encarga de resolver cualquier duda o incidencia que pueda surgir, y efectúa un “seguimiento de la adecuación y actualización del plan de forma periódica”, insisten desde el hospital. Reiteran, además, que dicha comisión -que funciona de modo permanente- cuenta con el asesoramiento de la Subdirección de Ingeniería y los servicios de Física Médica y Protección Radiológica y Farmacia.
 
“El impacto que producen estos residuos en el entorno es una preocupación constante, y solo una adecuada gestión de los mismos permite ofrecer y garantizar la calidad de los servicios que se prestan, la protección de la salud pública, la conservación de la naturaleza y la preservación de los recursos naturales”, concluyen los responsables del área.
Todos los servicios de los hospitales públicos del Archipiélago aplican similares planes de gestión de residuos. | DA

Traslado entre islas y hasta la Península

En Canarias no hay ninguna planta de descontaminación y eliminación de residuos sanitarios de riesgo, pese a que en las Islas viven más de dos millones de personas. Por eso, los desechos que se generan en los hospitales del Archipiélago (más de 1,7 millones de kilos) se transportan entre islas -generalmente en barco- hasta acabar en Gran Canaria o Tenerife, desde donde parten hacia la Península para su tratamiento, mayoritariamente en una planta en Sevilla. Hace tres años, la empresa Cathisa Medio Ambiente SL, que se encarga de externalizar la mayoría de los residuos sanitarios peligrosos de Canarias a la Península, solicitó una autorización para instalar en el municipio tinerfeño de El Rosario la primera planta del Archipiélago que permitiría tratar los deshechos de contaminación biológica.
Sin embargo, la autorización está atascada en una maraña burocrática desde entonces, y la empresa no ha recibido respuesta a su petición ni del Ayuntamiento de El Rosario ni propio del Gobierno regional. Hasta que se modificó hace ahora tres años, el decreto 104/2002 establecía que el tratamiento y la eliminación de los residuos peligrosos (los grupos sanitarios 3 y 4, como por ejemplo las amputaciones e instrumentos cortantes que se utilizan en las intervenciones quirúrgicas) solo se podía realizar en las instalaciones de los complejos ambientales o en los propios centros hospitalarios. Desde 2012, la citada modificación de aquel controvertido decreto permite deshacerse de esa basura en las áreas industriales, a donde es trasladada por empresas especializadas.
 

Un compromiso con el entorno

En su afán por ser una institución corresponsable con el cuidado del entorno y sostenible con el medio ambiente, el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC) ha trabajado los últimos años en esta línea, renovando en 2014 la acreditación 14001:2004 que concede Aenor, por implantar un sistema integrado de calidad de gestión ambiental. En 2009, el HUNSC fue además el primer hospital público de las Islas en obtener este reconocimiento, otorgado por una agencia externa que evaluó de forma satisfactoria el sistema integrado de calidad de gestión ambiental de las actividades asistenciales y no asistenciales, para la prestación de servicios médico-sanitarios.
“Estamos muy comprometidos con la puesta en marcha de medidas que favorezcan el reciclaje y la gestión de los residuos, pues todo centro hospitalario o sanitario produce muchas clases distintas de residuos que deben ser clasificados y tratados adecuadamente para que, en aquellos casos en los que corresponda, destinarlos al reciclaje y la reutilización, como ocurre con el papel, los tubos fluorescentes, las baterías, los aceites o los cartuchos de impresión, entre otros”, exponen desde la Gerencia.
 
El Hospital Universitario de Canarias (HUC), por su parte, fue el primer centro hospitalario público de Canarias que trasladó fuera de sus instalaciones la eliminación de los residuos biosanitarios, que antes se realizaba en hornos crematorios intrahospitalarios, tal y como obligaba la normativa, en beneficio del medio ambiente y de la seguridad. Para ello, el Hospital Universitario de Canarias cuenta con una empresa autorizada en la gestión de este tipo de actuaciones, que se hace cargo de los residuos especiales y peligrosos.