La economía de los hogares gallegos y de las empresas también se refleja en la bolsa de basura y en la cantidad de residuos que generan. Prueba de ello es que desde que comenzó la crisis el volumen de residuos domésticos e industriales en Galicia ha caído año tras año. En el caso de las familias, la recesión hizo caer más los desperdicios generados: hasta un 14%. Mientras, constructoras, térmicas, empresas mineras y metalúrgicas redujeron el volumen de residuos un 2,3%.

Un total de 1.061.896 toneladas de basura salieron en 2013 de las viviendas en la comunidad, según datos de la Consellería de Medio Ambiente. Se trata del volumen más bajo de los últimos cinco años, con casi 180.000 toneladas menos que las generadas en 2009. Pero sin embargo ese descenso en la actividad del servicio de recogida en los ayuntamientos gallegos no ha conllevado una rebaja en el recibo de la basura. Concellos que tenían las tarifas muy por debajo de municipios limítrofes llegaron a multiplicar por diez las tarifas.

Las tasas por la recogida de basura en Galicia son muy dispares. De las ciudades, Pontevedra es la que exige un mayor desembolso, casi 120 euros al año. Ourense también tiene una de las tasas por la recogida de basura más elevadas de Galicia: casi 90 euros anuales para las calles donde se vacían a diario los contenedores y más de 35 euros si el camión no pasa todos los días. En Lugo, el coste de la recogida de basura en cada hogar supera los 86 euros y en Santiago los 74. En Vigo, el desembolso anual supera los 85 euros, mientas que en A Coruña oscila entre los 60 y 70 euros. De las ciudades, Ferrol es la que menos cobra a sus vecinos por la recogida de basura: apenas pagan cinco euros al mes aunque para los que viven en zona rural la factura es de poco más de tres euros mensuales.

La evolución de las tasas de basura en los ayuntamientos gallegos ha sido muy variada. Desde ayuntamientos que congelaron las tarifas en los dos últimos años hasta concellos que llegaron a incrementar de una año para otro el recibo hasta un 900%.

Residuos industriales

No solo los contenedores de residuos domésticos están más vacíos por la crisis. Las empresas también generan menos desperdicios por la menor actividad industrial durante los últimos años: tras un ligero repunte en 2010, año en el que las industrias gallegas generaron más de 2,3 millones de toneladas de residuos (peligrosos y no peligrosos), en 2012 -ejercicio del que están disponibles los últimos datos- apenas se superaron los dos millones.

La basura doméstica representa en la actualidad en Galicia un 35% de todos los desperdicios que se producen en la comunidad, mientras que el 65% restante procede de actividades industriales. Este balance difiere con creces del registrado hace casi una década, con apenas un 16% de residuos urbanos frente al 85% de restos generados por las empresas en la comunidad. Entonces, en España la situación era totalmente diferente, ya que solo la basura que sale de los hogares representaban el 45% del total y la procedente de las industrias, el 55%.

Los residuos industriales peligrosos han sido porcentualmente los que más han disminuido en Galicia desde el inicio de la crisis. Y aunque su volumen no es demasiado importante -105.577 toneladas en 2012 frente a los más de 1,9 millones de los no peligrosos-, sí lo es el coste total de la gestión: hasta tres veces por encima de la de los no peligrosos.

Además existen pocas empresas que se dedican al tratamiento de residuos peligrosos. Según datos de la Consellería de Medio Ambiente, en Galicia hay un total de 191 centros gestores autorizados para la valorización y eliminación de este tipo de basura, que reciclan más del 60% y apenas eliminan el 3%.

Los residuos peligrosos que non son tratados en Galicia mediante valorización o eliminación son enviados a otras comunidades: Madrid, Cataluña, Castilla y León y País Vasco. Además también se autorizan traslados transfronterizos de residuos peligrosos a Portugal. Hace años existían permisos también para el envío de este material a Bélgica.

Galicia cuenta además 520 centros gestores de tratamiento de residuos industriales, que gestionan el 90% del volumen generado por las empresas en la comunidad.

Hace dos años, la Unión Europea avisó a Galicia sobre su incumplimiento de la directiva sobre reciclaje de residuos. En un informe elaborado por la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea para evaluar el funcionamiento de Sogama, se advertía entonces de que el complejo medioambiental de Cerceda ni siquiera había alcanzado los objetivos que se fijó la Xunta hace una década cuando empezó a funcionar la planta. La previsión era que se pudiera reciclar aproximadamente el 25% de los envases ligeros, pero, según los datos reflejados en el documento de la UE, solo se reutiliza el 7,7% de plásticos, metales y bricks, un porcentaje que queda muy lejos del mínimo del 55% que desde 2008 exigen las directivas europeas.

Según denunciaba en 2013 la Comisión Europea, no solo se recicla poco sino que se hace mal. En las bolsas amarillas -donde se depositan los envases ligeros-, hay un 31% de materiales que no tendrían por qué verterse ahí. "Es una fracción muy alta", advertían.