Más de 200 petroleros entran aún al año en los muelles de San Diego
24 Nov
En total, en el 2014 fueron 207 los petroleros que entraron en la ciudad, a una media de más de uno cada dos días, surcando todos ellos las aguas de la ría hasta llegar a la terminal de San Diego. Otros 70 buques más llevaron graneles líquidos el año pasado, en su mayoría también de combustibles.
Los petroleros siguen suponiendo hoy en día el mayor riesgo medioambiental para una ría que ya sabe lo que es padecer graves accidentes. Una gran parte de esos tráficos peligrosos se irán al puerto exterior de Langosteira, la infraestructura que el alcalde, Xulio Ferreiro, calificó de «discutible» y comparó con el aeropuerto de Castellón.
Por el puerto exterior han pasado en lo que va de año más de 700.000 toneladas de graneles sólidos, en su mayoría productos que se descargaban en los muelles interiores y que generaban quejas vecinales, como la soja, cereales y carbón. Siguen en los muelles urbanos, pero en menos proporción.
La marcha de los graneles sólidos no tiene fecha definitiva marcada en el calendario, pero sí la tiene la primera mudanza parcial de Repsol: en abril del 2018 deberá estar operando en Langosteira el 40 % de sus tráficos, es decir, casi la mitad de los petroleros desaparecerán de la ría y serán, además, los más peligrosos, los que llevan crudo, en general de mayor tamaño que los dedicados al transporte de refinos.
A la salida de esos buques de las aguas interiores, con la consiguiente reducción de riesgos, se suma otra ventaja en la mejora de la seguridad de ese traslado: actualmente ese producto -son unas 4 millones de toneladas al año- se envía desde San Diego hasta la refinería a través de un poliducto compuesto por 14 tuberías de distinto diámetro que, con 6,4 kilómetros de longitud, pasa por debajo de una buena parte de la ciudad.
Ese riesgo también se verá reducido, ya que casi la mitad de esos tubos desaparecerán al igual que los barcos. La operación, firmada por Repsol a finales del 2013, supondrá para la empresa una inversión de 124,6 millones de euros y para la ciudad la eliminación de una doble amenaza. Inicialmente la empresa tiene en concesión 30.000 metros cuadrados en Langosteira, pero ha dejado otros 280.000 metros más en reserva con el fin de culminar su traslado completo, ese todavía sin fecha. Además, la marcha de la empresa de la ciudad liberará miles de metros cuadrados en San Diego que servirán para otros usos. Para todo eso, además de para generar actividad económica, servirá Langosteira.
TMGA solicita una nueva ampliación de la concesión que tiene en punta Langosteira
Una de las principales operadoras del puerto coruñés, la empresa TMGA, ha solicitado una nueva ampliación de sus instalaciones en punta Langosteira. La compañía comenzó a expandirse allí el año pasado con una primera nave de 5.000 metros cuadrados que en pocos meses amplió con otros 5.000 metros más. Además, la firma construyó allí también otro almacén de 2.500 metros cuadrados que ya está en pie.
Ahora, informan desde la Autoridad Portuaria, acaba de pedir los permisos para dos nuevas naves de 5.000 metros cuadrados cada una.
«Esta nueva solicitud refrenda la apuesta de los grandes operadores del puerto por las nuevas instalaciones, cuya actividad han impulsado con tráficos de graneles sólidos, agroalimentarios y energéticos, fundamentalmente», indican desde el Puerto.
TMGA no es la única empresa que opera actualmente en Langosteira. También trabajan allí otros dos grandes clientes de la Autoridad Portuaria, Pérez Torres Marítima y Galigrain. Además, el consejo de administración aprobó el miércoles conceder otros 3.000 metros cuadrados más a Hormigones Carral, que tenía ya instalaciones provisionales en el puerto exterior.
Otro enfrentamiento
«La Autoridad Portuaria considera muy grave que un vocal de su consejo de administración falte a la verdad sobre los acuerdos adoptados por ese órgano y lamenta la insistencia del gobierno local en crear confusión, un día después de las declaraciones de Xulio Ferreiro en las que cuestionó la utilidad del puerto exterior ante un grupo de políticos y empresarios reunidos en el hotel Ritz de Madrid», dicen desde el Puerto. Hacen alusión al edil Xiao Varela, que en un comunicado afirmó que el ente portuario y el consistorio coruñés negociarían un nuevo convenio para los muelles interiores una vez enajenados.
El Puerto insistió ayer en que su consejo de administración no había abordado ese asunto y en que no se tocarán los acuerdos de financiación del 2004 con Fomento.
El alcalde, por su parte, confirmó ayer que no se habló del asunto en el consejo: «Non é que se falase ou se deixase de falar, é que está nos documentos», dijo sobre una ficha que figura en el plan de empresa. Son solo, dice el Puerto, «cuestiones técnicas que se establecerán en el momento de la urbanización».
Una costa salpicada de tragedias marítimas
A Coruña conoce en carne propia las tragedias medioambientales que durante las últimas décadas han marcado la historia reciente de la ciudad. Accidentes como el del Urquiola y el del Mar Egeo, los más representativos de los vinculados a tráficos de mercancías peligrosas, no se hubieran producido si esos barcos hubieran atracado o fondeado en Langosteira en lugar de enfilar la entrada de la ría de A Coruña. El siniestro del Prestige, del que se acaban de cumplir 13 años, también salpicó a la ciudad -además de arrasar la costa gallega- y seguramente también podría haberse evitado si entonces existiera un puerto refugio. Hoy ya existe en Langosteira.
De hecho, fue el accidente del Prestige el que sirvió de revulsivo para la construcción del puerto exterior. No solo está ahí como puerto refugio en caso de necesidad -no exclusivo para los petroleros, pues está concebido para que pueda entrar allí con facilidad cualquier mercante en apuros-, sino que servirá también, según el convenio firmado entre la Autoridad Portuaria y Repsol, para que los petroleros de esta empresa dejen de acceder a los muelles de San Diego por la ría de A Coruña, con el riesgo que conlleva.
El listado de tragedias marítimas en Galicia es largo, y seguramente muchas de ellas, con los medios actuales y un puerto refugio, se podrían haber atajado. Además de los siniestros de tres petroleros, a la lista hay que sumar otros nombres tristemente célebres, como el del Cason, que en 1987 dejó 23 víctimas mortales en la costa de Fisterra, además de un caos generado por la evacuación de la población de la zona y del impacto en el medio ambiente.
En octubre de 1970, tras chocar con otro barco, el Erkowit fue remolcado hasta el litoral coruñés con una importante vía de agua que finalmente acabaría con el mercante tras una semana. Los 2.000 bidones de insecticida que llevaba acabaron en el mar. El buque fue fondeado en Bastiagueiro tras sacarlo de alta mar. Entonces no había puerto refugio.
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