Hace unos días se hicieron públicos, por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), los datos sobre la recogida y tratamiento de residuos del año 2012. Así, en ese año se recogieron de media 484,8 kilos de residuos urbanos por habitante, un 3,9% menos que el año anterior llegando hasta los 22,4 millones de toneladas de residuos en toda España. La industria, en cambio, generó 42,9 millones de toneladas de residuos de las que 3,3% correspondieron a la categoría de residuos peligrosos. Las empresas de tratamiento de residuos, tanto de origen urbano como no urbano, gestionaron 44,9 millones de toneladas de residuos en 2012, lo que supuso un 10,0% más que en el año anterior. Por su parte, los residuos peligrosos se situaron en 1,8 millones de toneladas, un 8,6% menos que en 2011. Del total de residuos, el 53,6% se destinó al reciclado, el 39,6% al vertido y el 6,8% a la incineración.

Evolución de la generación
Echando la vista atrás, la generación de residuos urbanos ha ido reduciéndose en los últimos años, fiel termómetro de la situación económica. Y es que su producción acusa la crisis que padecen las familias: a menos consumo, menos kilos. Así, en 2009 se generaron 24,7 millones de toneladas (4,4 separadas para su posterior reciclaje y 20,3 mezcladas); en 2010, el volumen total bajó a 24,4 millones de toneladas (5 separadas y 19,4 mezcladas); en 2011, 23,3 millones de toneladas (4,5 separadas y 18,8 mezcladas) y en 2012, 22,4 millones (4,1 separadas y 18,3 juntas).

En el caso de Balears, en 2012 se generaron un total de 659.800 toneladas de residuos mezclados, 29.000 correspondieron a vidrio, 38.900 de papel y cartón, 23.900 a envases ligeros. En total, sumando estas fracciones, se produjeron 783.700 toneladas de residuos urbanos. Un volumen anual de residuos que sitúa a Balears, nuevamente, en la cabeza de la producción per cápita de residuos. Así, en 2012 y debido al turismo, Balears registró una media anual por habitante de 716,2 kilos de residuos que se aleja de la media nacional de 484,8 kilos/habitante.
Mientras que los residuos que se depositan en los contenedores de recogida selectiva se reciclan, los residuos el contenedor de rechazo, aquel contenedor donde el ciudadano deposita las diferentes fracciones juntas, tiene diferentes destinos según las islas. Así, en el caso de Mallorca, todos los residuos que el generador no separa terminan en la planta de valorización energética de Son Reus. Desde 2010, la totalidad de residuos en Mallorca o bien se reciclan o bien se incineran, quitando contadas ocasiones que se depositan en un vertedero de emergencia. En el caso de Menorca, los residuos urbanos que el ciudadano no separa se vierten en el vertedero de Es Milà situado en Maó. En el caso de Eivissa, los residuos terminan en el vertedero de Ca Na Putxa en el término municipal de Santa Eulàlia des Riu. Todos los residuos generados en Formentera se trasladan a Eivissa.

Envases ligeros
De las cuatro fracciones que el ciudadano deposita en contenedores de recogida selectiva (papel-cartón, vidrio, envases ligeros y fracción orgánica de residuos municipales), la de los envases es la que a día de hoy registra un menor volumen. Así lo aseguran los datos publicados por el Departament de Medi Ambient del Consell de Mallorca. En el último año cerrado, el correspondiente a 2013, se recogieron en Mallorca 12.136 toneladas de envases ligeros (contenedor amarillo), 20.956 toneladas de vidrio (contenedor verde), 25.527 toneladas de papel y cartón (contenedor azul) y 13.628 toneladas de fracción orgánica de residuos.

En el caso de Mallorca, todos los residuos del contenedor amarillo terminan en la planta de selección de envases situada en el término municipal de Marratxí que ocupa una superficie de 7.644 metros cuadrados. "Está diseñada para poder tratar los envases ligeros procedentes del contenedor amarillo que se generan en Mallorca. Además, gracias a un convenio firmado entre el Consell de Mallorca y el antiguo Consell de Eivissa y Formentera, en la planta de Mallorca también se seleccionan los residuos de envases recogidos selectivamente en las Pitiüsas", explica Catalina Soler, consellera ejecutiva de Medio Ambiente del Consell de en Mallorca.

En el diseño de la planta, inaugurada en 2003, se tuvo en cuenta la composición de los envases que se introducen en el contenedor amarillo. Una planta con una capacidad horaria nominal 4,7 toneladas la hora, llegando a las 7.000 toneladas anuales por cada turno de trabajo de ocho horas. La instalación separa todo tipo de material (PET, PEAD, PEDB, aluminio?) del contenido del contenedor amarillo. Desde 2003, los datos de gestión de envases no han dejado de aumentar, pasando en ese año de las 135 toneladas tratadas, a las más 14.253 toneladas entre Mallorca, Eivissa y Formentera.

Recientemente la planta ha sido modernizada. "El objetivo de esta actuación es mejorar la gestión para que sea más eficaz y eficiente a la hora de separar por tipo de material los residuos procedentes de la recogida selectiva y los que los ciudadanos depositan en el contenedor amarillo", afirma Soler. La inversión, que supera los 600.000 euros, ha sido financiada mediante el convenio establecido con Ecoembes -empresa encargada de gestionar el reciclaje de envases a nivel estatal- ha supuesto la incorporación de nuevos equipos electrónicos y nuevas cintas que permiten separar de forma automática y más precisa los residuos. Estas nuevas medidas contribuirán a optimizar el funcionamiento de la planta y aumentar el rendimiento. "Las actuaciones que se han llevado a cabo en esta instalación permitirán mejorar la disponibilidad, aumentar los ingresos por la selección del material que luego se recicla y optimizar costes. Unos efectos que revertirán positivamente en el precio de tratamiento y en los ciudadanos", detalló Soler.