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La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) detalló que dicha actuación está ceñida a derecho y tiene como único fin ratificar su decisión de conseguir el cierre definitivo de la planta. 
 
Lo anterior obedece a la intención de que no vuelva a registrar operación productiva alguna debido a su peligroso nivel de contaminación para los habitantes de la comunidad. Además, la Profepa se dio por notificada oficialmente y atendió este mismo día una sentencia dictada por el Segundo Tribunal Colegiado en materia Administrativa del 16 Circuito de Guanajuato, la cual recayó a un recurso judicial promovido por dicha empresa. Dicho fallo judicial ordenó dejar insubsistente el acuerdo de emplazamiento emitido en mayo de 2014 por esta procuraduría, en el cual impuso como medida de seguridad la Clausura Temporal Total de la empresa. 
 
Además, ordena diversas medidas correctivas tendientes a aminorar el riesgo ambiental que representa la inadecuada disposición de 300 mil toneladas de residuos peligrosos de cromo hexavalente generadas por la empresa referida. Debido a que la sentencia pronunciada por el Tribunal Colegiado reconoce la validez constitucional de la orden y el acta de inspección que motivó la clausura total temporal a Química Central, este órgano desconcentrado emitió un nuevo acuerdo de emplazamiento en el que se ordena también la clausura. 
 
La Profepa detalló que en la visita de inspección que se practicó a la planta y que motivó su clausura total, se detectaron diversas y graves irregularidades en el manejo y almacenamiento de las 300 mil toneladas de residuos peligrosos de cromo hexavalente. De hecho, expuso que el argumento del Tribunal Colegiado para dejar insustituible el acuerdo de emplazamiento y sus consecuencias legales se basó en la falta de motivación respecto de los plazos impuestos para que la empresa cumpliera con las medidas correctivas. 
 
Por lo anterior, el nuevo emplazamiento de la Profepa mantiene las acciones legales conducentes para que Química Central responda a la denuncia penal y la querella por el daño ambiental causado, por las más de 300 mil toneladas de residuos peligrosos de cromo hexavalente abandonadas en los patios de sus instalaciones. Además de los residuos peligrosos que deberá retirar y disponer en forma adecuada, Química Central deberá remediar el sitio contaminado que ha dejado después de desmantelar sus instalaciones, las cuales no volverán a operar.