La cuba de la empresa Carburos Metálicos era la única aparcada en el solar, sin más cisternas o vehículos de otro tipo a su alrededor. Su contenido, oxígeno líquido. Los bomberos recibieron el aviso a las 11.20 horas, en el que se alertaba de que salía gas de la espita y se escuchaba un pitido. Además, se observaba una columna de humo blanco.

Como otras veces, avisaron a un técnico de la empresa y enfriaron la válvula con agua, puesto que se habían formado unas bolas de hielo junto al lugar por el que se descarga el oxígeno. El líquido escapaba en forma de gas a una temperatura aproximada de 60 grados bajo cero.

El especialista, conocido de los bomberos de anteriores intervenciones similares, liberó el depósito de presión para que quedase de nuevo en reposo. Un experto explicó ayer que estas situaciones se producen seguramente porque la cuba se ha agitado en la bodega del barco que la transportó por mar hasta la isla. Al colocarse en el solar al sol, se produce el calentamiento y la fuga de gas.

En principio el oxígeno no es peligroso, pero puede originar una combustión por contacto con los objetos próximos. Es difícil que se produzca una explosión, pero podría suponer un gran peligro dada la proximidad de la gasolinera. No obstante, estas cisternas cada vez aparcan más lejos de la estación de servicio.

Muchas empresas utilizan este descampado como lugar de estacionamiento para las cubas en las que transportan mercancías peligrosas, como por ejemplo hidrocarburos, antes de embarcarlas en los buques que las llevan a Mallorca o a la Península o de distribuirlas en la isla, como el caso de ayer.