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CLASE 5 | AGENTES OXIDANTES Y PERÓXIDOS ÓRGANICOS

Mercancías Peligrosas Clase 5: Agentes oxidantes

LOS AGENTES OXIDANTES Y PERÓXIDOS ORGÁNICOS SON LA CLASE 5 DE MERCANCÍAS PELIGROSAS

Clase 5.1 – Materias comburentes

Debido a su alto contenido en oxígeno, suelen ser materiales reactivos. Pueden reaccionar con otros materiales inflamables o combustibles, y el calor generado puede iniciar la combustión más tarde. Después, los agentes suministran el oxígeno para mantenerlos ardiendo sin ayuda del oxígeno en el aire, como ocurre con la combustión normal.

Estos incendios pueden, por lo tanto, desencadenarse y continuar en espacios confinados, como por ejemplo, dentro de las bodegas de carga. Y una vez, iniciado el incendio, puede resultar difícil de extinguir. Cubrir con polvo o espuma no sirve de nada, ya que el oxígeno ya está presente en el agente subyacente.

El único método consiste en utilizar una gran cantidad de agua fría, pero si el incendio está en un lugar confinado, puede ser difícil de alcanzar, y el calor generado es tal que hará falta una gran cantidad de agua.

Algunos oxidantes pueden ser explosivos si se calientan mucho, particularmente en presencia de carbono. El nitrato de amonio mezclado con combustible de hidrocarburo, como el gasóleo, se convierte en un potente explosivo, muy utilizado en las industrias extractoras, y por los terroristas.

El nitrato de amonio está disponible inmediatamente, porque se fabrica en grandes cantidades en todo el mundo como fertilizante agrícola, como un medio de añadir nitrógeno extra a las cosechas. Las plantas absorben el nitrato directamente, y extraen nitrógeno para crear proteínas.

Clase 5.2 – Peróxidos orgánicos

La molécula contiene estructuras que contienen carbono (orgánico) asociadas a un doble vínculo (peróxido). Así, el combustible y el oxígeno se combinan en la misma molécula, lo que les hace aún más capaces de arder que un material combustible independiente.

Se han diseñado para ser reactivos para una serie de procesos industriales, y pueden por tanto ser inestables, y a veces explosivos. Cuando se desarrollan por primera vez, pueden clasificarse como de Clase 1 o de Clase 5.2, generalmente dependiendo del uso final previsto. Basándose en su estructura química únicamente, pueden considerarse de ambas clases.

Suele ser necesario conservarlos refrigerados para mantenerlos inactivos y después debe controlarse cuidadosamente la temperatura. De otro modo, si superan una cierta temperatura específica al material, comenzarán a descomponerse rápidamente, de un modo similar a los materiales auto-reactivos de la Clase 4.1, dando como resultado un progreso incontrolable hacia el incendio o la explosión.

Debido a su naturaleza reactiva, pueden resultar muy dañinos para el cuerpo humano, particularmente los ojos.

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